Reto Semana nº 1

 


Me gustaría comenzar este primer reto del curso comentando que si bien es cierto que en los últimos años se han dado pasos importantes para conseguir el objetivo de vivir en una sociedad cada vez más igualitaria, también hay que admitir que ese avance, a mi parecer, supone sólo lo que serían los primeros metros de una carrera de fondo. Es cierto que si comparamos la situación actual con la que existía hace 40 o 50 años encontramos un gran cambio que en su momento hubiese sido difícil de imaginar, y podemos estar orgullosos de ello, pero no por eso debemos olvidar todo lo que nos falta por avanzar y conseguir, en mi humilde opinión, mucho más de lo que ya hemos conseguido y creo que es algo que salta a la vista, ya que estoy convencido de que cualquier persona que se pare a reflexionar durante un par de minutos puede recordar algún momento de su vida en el que, por desgracia, haya tenido que presenciar o lidiar con una situación discriminatoria de cualquier tipo.

Dicho esto, tras haber reflexionado sobre las situaciones de discriminación que he presenciado y de leer varias noticias (ya que al principio no sabía muy bien por donde dirigir el reto) he decidido dedicar unas líneas a ambas cosas ya que creo que aunque quizá me alargue un poco más de lo que esperaba en un principio, merece la pena hacerlo.

Con respecto a la noticia, nos situamos en 2018 en una empresa dedicada a la elaboración de aceite. Sin entrar en demasiados detalles, dicha empresa firmó unos meses antes, en diciembre de 2017, un convenio colectivo con sus empleados que suponía un incremento salarial del 1,5% y que tenía efecto retroactivo desde enero de ese mismo año. Pues bien, según denunciaba CCOO, mientras que los trabajadores de género masculino habían recibido el pago de dicho retraso, la empresa se negaba a pagárselo también a sus trabajadoras alegando que el convenio hablaba de TRABAJADORES y no ponía en ningún sitio nada de TRABAJADORAS. Me imagino que todos habréis escuchado la expresión: “si me pinchas, no sangro”… pues así es como me he quedado al leerlo.

Parece ser, quizá por todo el revuelo que causó la noticia, que la empresa tenía intención de dar marcha atrás, aunque por desgracia no sé en qué quedaría todo finalmente. En cualquier caso, y pasando a aplicar un poco lo aprendido durante el Módulo 1, creo que es un caso flagrante de discriminación directa y abierta por razón de sexo. La verdad es que me pongo en la situación de las trabajadoras y creo que me sentiría totalmente indignado por semejante actitud por parte del empresario. De hecho me parece que el tema del dinero pasaría a un segundo plano, que sería casi lo de menos y que mi mayor motivación sería la de luchar por conseguir que simplemente se haga justicia.

En cuanto a las estrategias para combatir dicha discriminación, quizá hablo un poco desde el desconocimiento, pero quiero pensar que las trabajadoras tendrían todas las de ganar por la vía judicial. Por otro lado, otra opción, quizá menos conocida por la gente, sería acudir a la Inspección de Trabajo para interponer denuncia contra la empresa por discriminación de sexo. Llevo sólo unos meses trabajando en la inspección y todavía me queda mucho por aprender pero creo que dicho organismo tendría mucho que hacer y qué decir en una situación como esta. Por si os interesa echarle un vistazo, os dejo el link de la noticia:

https://www.lasexta.com/noticias/sociedad/empresa-cordoba-rechaza-pagar-atrasos-sus-trabajadoras-porque-convenio-habla-trabajadores_201806055b1647fa0cf2ccbfca4fdd2c.html

En relación con mi experiencia personal, nos encontramos en la ciudad de Bolonia (Italia), donde me encontraba pasando unos meses disfrutando de una beca Erasmus. Durante aquellos meses conocí a un montón de gente de toda Europa y concretamente también a una chica de origen tunecino que también se encontraba de Erasmus en dicha ciudad. Quizá alguien se pregunte cómo es posible que alguien de Túnez estuviera participando en un programa de estudios que en principio es europeo. Por aclararlo, la chica había nacido en España, tenía la nacionalidad y era tan española como cualquiera de nosotros, a su marcado acento andaluz me remito. El caso es que una noche que salimos de fiesta, al intentar acceder a una discoteca, había un cartel que prohibía el paso a personas que llevaran “copricapo”. Me parece una palabra un poco complicada de traducir, ya que creo que puede hacer referencia a casi cualquier cosa que tape la cabeza, un gorro, un sombrero, un pañuelo… y he ahí que surgió el problema ya que al llevar ella pañuelo no la dejaban pasar. Al final nos fuimos a otro sitio y lo pasamos genial, así que no le dimos mayor importancia.

Quizá sea un caso que podríamos considerar que tiene una importancia entre comillas menor, sobre todo si la comparamos con otras situaciones de discriminación mucho más graves, sin embargo, me ha parecido interesante incluirla ya que me ha recordado a la charla de Kimberlé Crenshaw. 

En esta situación, creo que nos encontramos ante una discriminación indirecta (ya que la prohibición es, en principio, neutra pero crea una desventaja particular) y tendríamos que hablar del concepto de interseccionalidad (género y religión) ya que si analizásemos ambas discriminaciones por separado podríamos concluir equivocadamente, como así lo hizo el juez del caso que contaba Kimberlé, que no hay ni discriminación por motivo religioso, ya que se permite pasar a musulmanes, ni tampoco de género, ya que tampoco se prohíbe el paso a mujeres. ¿Cuál es entonces el problema? El cruce de ambas cosas, un hombre musulmán no tendrá problema en pasar pues no lleva pañuelo y una mujer no musulmana tampoco tendrá ningún problema, la discriminación se produce en la intersección de ambas cosas al mismo tiempo, ser mujer musulmana.

¿Cuál sería la solución? Pues la verdad es que en este caso concreto no sabría qué decir, me parece un caso bastante complicado, ya que hasta dónde yo sé, incluso también aquí en España, las discotecas, pubs, etc. tienen derecho a poner este tipo de restricciones de vestimenta siempre que esté estipulado en un cartel a la entrada y a la vista de todos. Quizá a vosotros se os ocurra alguna forma a través de la cual solucionar casos como este último.

Hasta aquí todo lo que tenía que contar, espero que os guste mi aportación y estaría encantando de escuchar todo lo que tengáis que decir y añadir con respecto al tema.

¡Un saludo!

Bibliografía:

- Módulo 1 del curso

https://www.unwomen.org/es/news/stories/2020/2/compilation-small-actions-big-impact-for-generation-equality

https://www.diariojuridico.com/wp-content/uploads/2019/12/equidad-salarial-diariojuridico.png

https://ichef.bbci.co.uk/news/640/cpsprodpb/2C1C/production/_113229211_gettyimages-1093935162.jpg

Comentarios

Entradas más populares de este blog

PRESENTACIÓN

Reto semana nº 4

Reto semana nº 2